Dias difíciles para el
Alevín C. Tras perder en Facsa contra el Castellón y encadenándolo
con una vitoria agónica contra el antepenúltimo de la tabla
haciendo un juego más que mejorable, el Onda llegaba con muchas
ilusiones puestas en volver a ser aquél que era hace un mes.
Parece que consiguió
algunas de las cosas que buscábamos. Cierto que se perdió el
partido (por un detalle), pero también es cierto que el equipo
volvió a asemejarse en juego a aquel que luchaba hasta el último
aliento e intentaba impregnar el fútbol con juego en equipo.
Un solitario gol ya
entrada la segunda parte, fue un palo muy duro para los chavales que
vieron que su esfuerzo no iba a ser recompensado. Ocasiones
clarísimas. Muchísimas. En otros partidos, con la mitad de disparos
habríamos hecho 5 o 6 goles. Pero no quería entrar el balón en
Burriana.
Casi todo acompañó.
Solo la puntería se resintió.
Un árbitro de 10, un
Onda apretando y luchando contra la adversidad. Un equipo, el
Salesianos, la mayoría de segundo año, que sabía lo que debía
hacer para ponerlo un poco más difícil al gran conjunto que tenía
en frente. Volvimos a ser nosotros, pero delante teníamos un equipo
bregador, que no daba un balón por perdido y que “ensució” el
juego de nuestro Alevín. Y me explico: Intentó que se jugara lo
mínimo posible en corto para que existieran más individualidades en
las que la fuerza hace tener mucha ventaja al equipo mayor, por lo
menos en estas categorías.
A partir de ahora, todo
se plantea complicado. Equipos mayores, con más fuerza, que
plantean, una vez ya nos han conocido en la primera mitad de liga,
partidos en los que ocurra lo mínimo posible ya que en el
intercambio de golpes, nuestro Alevín tiene todas las de ganar a
casi todos los equipos de la categoría.
La próxima parada, otro
enfrentamiento difícil con un equipo semejante al del sábado.
Esperemos que la resolución en los últimos metros sea mejor, aunque
lo importante es crear las ocasiones, detalle que nunca nos falta.