Tras
una semana entre la fiesta y el trabajo, nos desplazamos al Grao a disputar el
segundo encuentro de liga. Con un buen calentamiento pretendíamos seguir con la
buena racha de juego y resultados. El campo, uno de los pequeños de detrás, no
posibilitaba mucho el juego asociativo de los nuestros, si a eso le sumamos que
el rival nos esperaba pertrechado atrás, esperando un fallo para salir rápido y
finalizar como se pudiera, el resultado de nuestro planteamiento no era el
preferido en esta ocasión.
Como digo, el rival se limitó a esperarnos detrás,
esperar a que cometiéramos algún fallo, esperar a que, en algún balón colgado,
pasara algo, en definitiva, a esperar. Nosotros intentamos crear, jugar
relativamente rápido e intentamos proponer algo que, cuando tranzábamos tres
pases de primeras, creaba peligro, e incluso el 0-1 de Jorge en una circulación
rápida de lado a lado en el 24, pero claro, o lo hacías de primeras o era
imposible, y eso es muy difícil. El partido se caracterizó por la intensidad,
poco juego, poco espacio y muchos nervios de saberte mejor y no poder
demostrarlo. Dispusimos los dos equipos de ocasiones clarísimas para decantar
la balanza, casi finalizando el encuentro empataron los azulones en un libre
directo desde su campo que se cuela en nuestra portería entre el tumulto de
jugadores. Nuestro chavales, que si por una cosa se caracterizan es por el
creer, lo siguieron intentando de todas formas, obligando al portero local a
lucirse hasta en tres ocasiones en escasos diez minutos y estrellando el balón
en los palos en otras tres. Al final, con la que había liada, lo mejor era no
perder el partido.
De
este partido aprendemos a que debemos exigirnos mucho más a nosotros mismos,
siempre podemos mejorar y sacar este tipo de partidos trampa. Somos mejores,
pero tenemos que demostrarlo. Mejorar la asociación en corto, la velocidad de
reacción, las acciones a balón parado, en definitiva, siempre más, que para eso
estamos.
De
todas formas, es de agradecer que, viendo el panorama que se nos planteó, los
chavales tuvieran la paciencia, la confianza y la fe de ser fieles al estilo
que proponemos y no decidir, porque al final son ellos los que deciden que
hacer en el campo, bombear balones, jugar a nada y ese largo etc. que no nos
gusta, un diez en ese sentido chavales por intentarlo.
Vamos
por el buen camino, hemos tropezado un poco, pero ahora nos levantamos y
seguimos a lo nuestro.
SIEMPRE
MÁS!!!!