BUEN FIN DE FIESTA
Como si de una fiesta se tratara, el Cadete “B” se reservaba su traca y castillo de fuegos para el final y acaba la temporada con unas sensaciones futbolísticas envidiables y con ganas de más.
Una vez conseguida la salvación el objetivo no era otro que divertirnos, todos, en el último partido y lo cierto es que en la segunda mitad nos divertimos y los chavales hicieron sentirse orgullosos a más de uno, y una, en la grada.
La primera parte la encaramos un tanto relajados porque pronto nos vimos muy superiores al rival. Gozábamos de la posesión del balón y de la presencia constante en campo contrario, pero no acertamos a materializar las situaciones preferenciales que creábamos, con lo que dimos alas al rival para que, en dos jugadas aisladas, se colocara 2-0 al descanso.
La reflexión era clara, no estábamos disfrutando, no nos salían las cosas y no era plan de haberse pegado dos horas en autobús para no disfrutar sabiéndolo hacer. Y no lo hacíamos porque teníamos el balón pero no dábamos alternativas de pase, ni le dábamos velocidad al juego ni nada de nada, en definitiva, no estábamos jugando a fútbol. Los mismos jugadores dieron con las claves para encarar la segunda mitad y poder cumplir con el objetivo de divertirse jugando a este deporte que levanta a la gente de sus asientos y te hace feliz cuando te diviertes con tus colegas. Con un cambio en la disposición del equipo conseguimos encerrar al rival en su campo y disfrutar de una segunda mitad en la que el juego de posición del Cadete “B” hipnotizó por completo a los locales que, parapetados en su campo, no pudieron más que asistir al vendaval de juego azulejero. Seguimos siendo dueños del balón, pero esta vez fuimos muy peligrosos e incisivos al entender y poner en práctica el juego que requería el partido. Velocidad, movilidad, desorden ordenado y ocasiones, una tras otra, hicieron de esta segunda mitad un monólogo interpretado por los chavales del Cadete “B” del C.D. Onda que, además de los dos golazos, ofrecieron innumerables ocasiones, acercamientos y disparos que hicieron que nuestro particular fin de fiesta fuera del agrado de todos y disfrutáramos viendo como se estaban divirtiendo estos chavales que, teniendo un año muy complicado, ofrecían una traca final de ocasiones y juego a la altura de este equipo.
Mención especial, además del 2-2 de Rubén, si se me permite, al meterle una castaña tremenda desde la frontal que el portero no alcanza ni a ver, haré al primero de los goles obra de Alberto al rematar, llegando al segundo palo, una serie de digamos… ¿20 pases consecutivos?, en la que participaron todos los jugadores, desde el portero, y que demuestra el nivel que tiene este equipo cuando se divierte con este juego. Fue para verlo, gracias.
Podemos concluir y concluimos que estamos, ahora que esto se ha acabo y la verdad podría haber sido antes, en nuestro mejor nivel. Nosotros le hemos encontrado el punto al equipo, los chavales han conseguido entender nuestra forma de ver el fútbol y se la han añadido a lo que ya tenían inculcado por Tomás -otro monstruo al que es de merecido reconocimiento el trabajo que ha hecho con este grupo- con lo que estamos seguros de dejar un grupo que será capaz de acoplarse a lo que vendrá, a pillarle el punto pronto a lo nuevo y disfrutarán, todos, desde el minuto uno de entrenamiento.
Agradeceros al equipo haber hecho posible que nuestra primera experiencia en fútbol 11, el de los mayores, haya acabado de esta forma. Hemos aprendido mucho de todos y creemos que vosotros algo os lleváis también, ¿no?
Y no puedo acabar esta crónica de otra forma:
¿¡¿¡¿¡¿¡¿¡¿¡QUÉ SOMOS LEONES O HUEVONES?!?!?!?!?!?!
OS LO MERECÉIS!!!!!
