domingo, 25 de noviembre de 2012

ESCANDALOSO ARBITRAJE EN VINARÒS

VINARÒS C.F. INFANTIL  0
CD ONDA INFANTIL “A” 1







El sábado 24 de noviembre, en una soleada mañana de invierno, se disputó este encuentro en las bonitas instalaciones de la Ciutat Esportiva de Vinaròs. Dio comienzo siendo las 11:48h de la mañana. El colegiado no fue juez, porque se constituyó en parte, ni fue árbitro, porque actuó con arbitrariedad. Este colegiado se auto-incapacitó ayer para seguir dirigiendo encuentros de fútbol, al menos en Vinaròs o frente cualquiera de sus equipos.
 El único debate posible, sería dilucidar acudió al encuentro entre los Infantiles del Vinaròs CF y el CD Onda, con un plan premeditado de ayudar a los suyos, o lo fue tejiendo al compás de las objeciones que la afición visitante le hacía desde la Grada de Levante al observar, ya desde muy pronto, su doble vara de medir. El detonante en las protestas  fue la falta en ataque que le pitó a Florín cuando ya había dejado atrás a su defensor en pugna totalmente legal. El aficionado visitante entendió que se había constituido en el mejor defensa del equipo local.
 En los 5 minutos de añadido, y ya antes, desde que el Onda se quedó con 2 jugadores de campo menos, (por lesión de uno y doble amarilla de otro) trazó un cerco contra la portería visitante, a base de faltas inexistentes. Llegó incluso a parar un balón con sus manos y plantarlo diligentemente en el césped para que el Vinaròs pudiera sacar rápido. Pero ya antes se había tragado un penalti por derribo clarísimo a Antonio ante sus narices; anuló un gol a Florín, que suponía el 2-0, por fuera de juego inexistente que deshacía el capitán nº 6 del Vinaròs, sacó tarjetas al 16, 17, 7, 11 y 3 del CD Onda, o eso puso en el acta.
Y lo más grave: le negó asistencia a Carlos Solá, al que en acción de juego habían derribado y pisoteado de forma violenta que quedó sin sancionar y que el colegiado no pudo evitar ver, y se negó a verificar cuando el balón salió del campo, en acción teatral al poner su cuerpo anclado de cara a la grada sin osar mirar al punto que le señalaba todo el mundo donde Solá se retorcía de dolor, tanto que ya no volvió a jugar el resto del partido.
En esa acción expulsó al entrenador, por hacerle la observación “que hay un niño en tierra”, y también al delegado: le retrasó tanto la entrada para atender al maltrecho Solá, que aquél, con el balón ya parado, fuera de los límites del terreno de juego, tomó la decisión de entrar a atender a su jugador sin la oportuna señal del colegiado, que seguía anclado mirando al tendido sin osar girar la cabeza para ver al lesionado. Lo expulsó, impidió que atendiera al tumbado y tuvo que ser, un minuto después de caer al suelo, el delegado del Vinaròs quien atendiera a Solá. Lo que hizo nuestro delegado no fue correcto, pero fue una respuesta visceral a una acción chulesca, e inhumana del colegiado, acción que fuera de un terreno de juego hubiese merecido una general reprobación por abuso de autoridad y denegación de auxilio.   
Por el CD Onda salieron de inicio: Josep en portería, Sergio, Marcos, Pau y Rober en defensa, Oscar, Rubén y Peña en el centro del campo, Escudero, Florín y Manuel en la delantera.
En el banquillo quedaron: Jordí, Antonio, Marc, Juan y Solá. La enfermería sigue llena.
El encuentro comenzó con un sorprendente Vinaròs CF jugando de tú a tú al Onda y con una callada pelea tan fuerte como noble entre los dos mediocentros: el nº 5 local y Oscar, que ganó claramente el nuestro con la estimable ayuda de Rubén mientras estuvo en el campo. La presión era asfixiante en las dos escuadras y por toda la medular, tanto que el juego resultó trabado . Poco a poco el Onda fue imponiendo su ley y a medida que avanzaba se encontró con la resistencia de un elemento inesperado, el colegiado.
Pese a la frustración que eso pudiera causar a los atacantes, no cesaron en su empeño, y lo consiguieron más por la derecha con Manuel y Florín que parecían intercambiar posiciones de forma natural y coordinada, que por la izquierda en la que no tuvimos tanta presencia en esa primera mitad. La tuvo Florín, pero sacó el capitán local bajo palos, y la tuvo el Vinaròs dentro del área pequeña, pero por desacierto ni siquiera fue entre palos el remate. Igualdad y lucha de poder a poder fue el mejor resumen de la primera mitad que duró 38´.
La segunda parte comenzó siendo las 12:36h, saltaron de inició Marc y Juan por Rubén y Escudero, hombre por hombre sin retoques de posiciones ni tácticos. Desde el principio vimos que la coordinación de estos dos la pasada jornada no fue fruto de la casualidad, se constituyeron en la pesadilla para la fornida y buena defensa local, su mejor línea junto al medio centro. En el 11´de la segunda Antonio entró por Manuel.
 Después de varios avisos y llegadas tanto por derecha como por izquierda, en el minutó 17´ una sensacional combinación entre los recién entrados, más frescos que sus defensores, dejó a Juan en franca ventaja cara a puerta, pero había de luchar contra la mayor envergadura de toda la defensa y la buena salida del portero al que dejó atrás con un fácil quiebro y pese a escorar su posición,  de forma magistral terminó colándola en la red 0-1, como podéis ver en la fotocomposición. Entre tanto, en el minuto 19´ Solá había sustituido a Peña.
Ahí, justo después del saque de centro al que precedió la celebración de gol más sentida por nuestros infantiles en toda la temporada, comenzaron los despropósitos (las arbitrariedades ya comenzaron mucho antes) del colegiado. Y ya no paró hasta las 13:16h, 40 minutos después de la reanudación, 5 extras. 
Pese a sus esfuerzos, los puntos se los llevó el mejor equipo ayer sobre el terreno de juego: el CD Onda Infantil “A”. Terminó sin entrenador, ni delegado, con dos jugadores de campo menos, pese a no haber agotado los cambios: quedaba Jordi que es portero, y suponemos que por no llevar camiseta de jugador, no salió; rebosantes de tarjetas y con el único lesionado del encuentro en sus filas. Solo se explica por un cambio de concepto en este equipo, atrás quedó la dinámica perdedora, ahora las adversidades no son obstáculo suficiente.