SIN REPROCHES:
Alineación inicial: Víctor, Pau, Marcos, Hurtado, Carlos Ruiz, Vicente, Arroyo, Marc, Toti, Aleix, Juli.
También jugaron: Albalat, Alberto, Dani, Héctor y Sales.
Repetitivo.
Repetitivo y cansado de serlo. Así están las cosas cada semana que me
propongo escribir la crónica del encuentro. Podría copiar y pegar el
texto de la semana anterior, cambiando algunos nombres de jugadores y
equipos.
Cuarto empate consecutivo de un Cadete A que no sabe
qué hacer para llevarse el premio que merece. Esta vez en casa, contra
Esportiu Vila-real y por 1-1.
Quisimos finiquitar el
encuentro cuanto antes, no sin antes pasar los primeros 10 minutos de
nerviosismo y errores tontos. Una vez pasado el bache, parecía imposible
que los tres puntos se nos escaparan. Y más cuando Julián, remachaba a
la red un centro al área en una falta lateral botada por Marc.
En
el único disparo entre los tres palos del equipo rival, empató el
encuentro y se vieron unos cuantos minutos de aturdimiento local. Nos
vino bien el descanso y aclarar ideas. Y dar confianza a la gente de
arriba. No sin antes tener dos ocasiones clarísimas Cortés, otra Juli y,
una más, para Aleix.
El segundo tiempo empezó durante 5
minutos al igual que el inicio de encuentro. Nervios que se traducían en
pérdidas, debido a la convicción de que éramos mejores y que los tres
puntos debían quedarse en Onda. Nos quitamos esa telaraña que nos
impedía jugar y crear y empezamos a desaprovechar ocasiones sin parar.
Parecía imposible que al final de los 80 minutos el marcador siguiera
iluminando un empate.
Juli, Dani, Aleix y Cortés en varias
ocasiones, Álex Sales, Miguel Albalat, Marc... Todos ellos tuvieron una o
diversas oportunidades de romper el empate. Pero, otra vez, no pudo
ser. Nos estrellamos en el guardameta rival que, sin lugar a dudas, tuvo
su día. Cada minuto que pasaba parecía más increíble que pudiéramos
seguir fallando. Una sangría de errores cara a puerta que nos persigue
desde aquél partido que ganamos en el Grao por 1-4.
Los
últimos minutos del partido no fueron de nadie. Las prisas se nos
apoderaron. Y el retoque pasando a jugar con 3 defensas (y después con 2
por la expulsión de Pau) no hizo nada bien al equipo. Mea culpa al no
leer mejor esos minutos finales.
En el otro lado, en el
positivo, un equipo que se deja el alma en cada jugada. Cada balón
parece el último de cada encuentro. Y lo trabajado durante cada una de
las semanas va viéndose en el terreno de juego. Nada que reprochar a
estos chavales que no hacen más que trabajar para que pronto llegue ese
partido que nos quite la espina que llevamos clavada desde hace semanas.
Visitamos
la semana que viene, en partido pasado a entre semana, la Vall d'Uixó
para enfrentarnos a un rival directo: La UDE. Esperemos que vuelva la
victoria, ya no tanto por la clasificación, por los puntos, por el
ascenso a la nueva categoría o por que se nos escape el tren de los
puestos de arriba. Simplemente por merecimiento. Por disfrutar. Por
merecimiento.