El Onda fue notablemente superior a un rival guerrillero y luchador como pocos. Con esa actitud seguro que ganan muchos puntos en el maltrecho campo del que disponen. Pero no pudo ser contra el Onda, que sufrió y mucho para llevarse el gato al agua a tres minutos del pitido final.
La primera mitad, con claro dominio visitante, se saldó con un empate a cero gracias al poco tino de los nuestros y al excelente portero rival. ¡Qué porterazo tiene el Rafalafena!
A poco de empezar el segundo asalto, una jugada por banda izquierda de Vicent Martí, acabaría con un centro al área que Íker controló y, con una tranquilidad propia del delantero que es, convirtió el 0 a 1 que parecía que iba a destrozar los planes del equipo local.
Pero a balón parado llegaría el empate de los locales para locura de la grada. Un balón al área por segunda vez, se acababa colando en la portería defendida por Carlos que volvió a ser determinante en el único disparo que realizaron los locales entre los tres palos. Este último no lo pudo parar y se le puso cuesta arriba el partido al Infantil B del Onda.
Ambos equipos movieron fichas. El Onda, como lleva haciendo todo el año, dio un paso adelante para poder llevarse los tres puntos de Castellón. Se pasó a jugar con tres defensas cuando el partido agonizaba. Se crearon diversas ocasiones que no se pudieron materializar: David de disparo ajustado al larguero, Joel de remate de cabeza que se iba alto y, la más clara, una excelente jugada de Xema que dio un pase de gol, en área pequeña a Pepe. Disparó Pepe con fuerza para machacar la portería rival, pero un gran guardameta que, además, estaba inspirado, es muy difícil de batir. Casi imposible parecía. De esa parada a lo Íker Casillas del portero rival se pasó a una retahíla de saques de esquina y ataques visitantes. El Rafalafena se defendía con uñas y dientes. Pero iba a ser Joel, tras otro gran centro desde la esquina de Fernando, quien iba a remachar a la red de un soberbio testarazo las opciones de puntos del equipo local.
Ganó quien más arriesgó, quien más dispuso en el campo. Quien más lo mereció. A veces, el fútbol es tremendamente justo.
